SO-
BRE
TMP
Cuando tenía quince años una orejona llegó a mí. Era chiquita, flaquita, miedosa y tímida. Fue así durante unos días, hasta que abrí mi paquete de galletas y se abalanzó sobre mí comida. La reclamó como suya. Esa proclamación se le hizo costumbre, repetía el ritual con mi almuerzo, desayuno y cena. Su táctica era imitar la cara de una zarigüeya y hacer el ruido de un chanchito. Dicho así no pareciera que ese fuera el disparador de TMP, pero tampoco hay lógica detrás de la creación de los pantalones con teclado.
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Entonces, Toma Mi Pan recoge ese momento de vulnerabilidad. Pero Kala debía escuchar mis historias o ver mis fotos para recibir su premio: mi comida, la mayoría de veces, mi pan.
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Este blog es una especie de homenaje a ella.
Bienvenidos a Toma Mi Pan.
PD: Sí, yo tomo las fotos.