Behind historia #67: Pan sin Sonido.

Valeria Venegas Salinas
11 sept
2 Min. de lectura

De todas las historias y seres mitológicos que escuché sobre la mágica selva peruana, nunca imaginé que uno de ellos sería real. Verán, estaba chilleando en el “ferry” que cruza el río Huallaga (sí, esa plataforma de metal con dos o tres motores que nadie sabe cuántos años tiene y que es un milagro que siga flotando), cuando apareció un gigante monstruo dispuesto a tragar todo lo que se le cruzara en el camino.

Era el año 2022 y yo debía llegar a la Laguna Azul para la boda de una amiga. Me adelanté un día versus los demás para darme tiempo de relajo, pero, claro, no contaba con toparme en el camino con esa enorme aberración. En el fondo, creo que esperaba un tropezón diferente. Porque si alguna vez tenía algún tipo de encuentro cercano con un ser de otro mundo, esperaba que fuera con el Tunche. Prefería que en los periódicos chichas apareciera como titular “Mujer responde a silbido y desaparece misteriosamente” antes que “Carnívoro traga lonjas al atardecer”.

Mujer en mano de metal sobre rio huallaga — Yo

Por suerte, nada de eso pasó. Aunque sí me dio miedo la altura. Porque para tratar de aligerar el momento, le conté un mal chiste. Luego le hablé un poco sobre mi vida. Creo que lo entretuve (o lo aburrí), porque rápidamente me dejó ir.

Me dejó de vuelta en la estrecha carretera para que el taxista que había contratado y yo pudiéramos continuar el recorrido. Todavía nos quedaba como una hora y debíamos llegar antes de la puesta del sol (porque si no, ahí sí aparecía el Tunche). Así pues, mientras el sol se iba a dormir, tomé esta foto. Tenía la esperanza de llegar a tiempo.